miércoles, 4 de marzo de 2009

Management, Recursos Humanos y Nuevo Espíritu del Capitalismo


Como ya os he comentado en alguna entrada anterior, ando dándole vueltas a nuestro rol, el de las personas que trabajamos en el ámbito de los “Recursos Humanos”, como cómplices necesarios para facilitar profundas y sutiles coartadas al capitalismo. Coartadas para lavar su cara, para endulzar su rostro, para desarrollar un neo-management despiadado y controlador (mientras se vende un supuesto meta-management apasionado y auto-realizante), para construir espejismos que enmascaran duras realidades personales y sociales, para… en definitiva, como ampliamente documentan Boltansky y Chiapello, construir un nuevo espíritu capitalista que encaje y metabolice sus efectos más despiadados y perniciosos.

En esas idas y venidas, empiezo a tener algunas cosas claras. Comparto un par de ellas con vosotros.

Una es que, desde la propia comunidad de profesionales que nos ubicamos en ese entorno, digámosle: “Management-Personas-Recursos Humanos”, lo habitual es mirar para otro lado. No darse por enterado. Hay tanto trabajo en lo local, en lo cercano, en lo operativo, en la ayuda a lo estratégico. Hay tanto trabajo describiendo puestos, estableciendo planes de gestión por competencias, planificando e implementando formación, negociando o ejecutando despidos. Hay tanto trabajo, es tan duro admitir ciertas cosas y duele tanto… que mejor, hagamos como si no fuera con nosotros.

Es realmente decepcionante el ínfimo nivel de reflexión profunda y transformadora que se genera en ese entorno que hemos denominado “Management-Personas-Recursos Humanos”. Hay que reconocer que están muchísimo más lúcidos y atrevidos en la crítica y en el replanteamiento basal otros ámbitos, entroncados con lo ético, con lo terapeútico, con lo filosófico o con lo social. Quizás nosotros andemos demasiado adormilados, mirándonos el ombligo, o quizás solo estemos preservando nuestros estómagos agradecidos.

Otra cosa que se me va aclarando es el inmenso desconocimiento y desprecio que, en lo profundo, se está mostrando en este entorno, hacia la integración del profesional, la persona y el ser humano. La mayoría de las políticas de “Recursos Humanos” que voy viendo (y algunas sufriendo) en las organizaciones, manejan profusamente ciertas ideas y acciones-fuerza de ámbitos como la psicología humanista, las psicoterapias existenciales, el desarrollo transpersonal o las tradiciones de sabiduría; pero las manejan solo para manosearlas, de forma perversa e interesada, sin entenderlas, sin experimentarlas en profundidad, sin comprometerse con ellas, y por supuesto, sin ninguna intención de abrazarlas más allá del elegante y sutil toque “New Age” que proporcionan. No son más que palabrería importada para cubrir de maquillaje el nuevo espíritu capitalista antes descrito. En realidad, a la hora de la verdad, solo se desarrollan aquellas competencias que sirven a la consecución de los objetivos del puesto, aunque generen frustración, dolor estéril y sufrimiento inútil en quien tiene que desarrollarlas. Sólo se implementan los procesos de coaching que crean valor para la empresa (léase para el capital), aunque generen desasistidos quiebres emocionales y existenciales para las personas que participan en ellos. No importa que, con el tiempo, los egos inflados exploten o las competencias que no pueden ser sostenidas por el carácter generen frustración y desesperación.

Ah… pobres ilusos, aquellos que pensaron (pensamos) que esto del desarrollo de las personas en las organizaciones tenía algo que ver con la sanación emocional, el equilibrio vital o la dignidad existencial. La realidad, la dura realidad, se encarga de recordarnos, día a día, que, todo ello, por mucho que lo vistan de talento, no es más que exacerbación de la neurosis.

Imagen: ¡Ojo hijo Mío! De Antonio Fernández Molina.

Management y espíritu del capitalismo, en acción.




Management y nuevo espíritu del capitalismo, en acción.



3 comentarios:

Nacho Muñoz dijo...

Comparto tu opinión y te diría que hay una corriente, un grupo de personas al menos, que piensan igual que tú (y que yo).

Debemos dirigirnos a un modelo de organización (¿2.0?) en donde las personas sean el eje y no el recurso, en donde a las personas se les ofrezca una infraestructura de calidad de vida laboral sin pedir nada a cambio.

¿Utopía?

Un saludo

Juan Palacios dijo...

Mi gratitud por tus palabras, Nacho.

Un regalito, en forma de prosa poética, para ti:

LA UTOPÍA

"Ella está en el horizonte ?dice Fernando Birri-.
Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar.

EDUARDO GALEANO

Nacho Muñoz dijo...

Me ha encantado.
Gracias.

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