domingo, 31 de mayo de 2009

Crisis Sistémica


"Lo único que no debería sorprendernos son las sorpresas."
Kenneth Boulding

En su último libro, cuyo título es “El Crash del 2010”, Santiago Niño Becerra disecciona, con pericia y mirada sistémica, la crisis en la que nos hallamos envueltos.

Santiago, cierra el epílogo de su obra con el siguiente párrafo:

“Cuando usted esté leyendo estas líneas, las cosas de la economía –es decir, todas las cosas– estarán bastante peor de lo que estaban cuando yo acabé de escribirlas.

En este momento tal vez piense que a su ciudad, a su país, o al planeta ya ha llegado la crisis; pero no, nada más lejos de la realidad: lo peor, verdaderamente, todavía está por llegar.

Si mira a su alrededor, observará que gran número de fábricas continúan en funcionamiento, que camiones, trenes y autobuses siguen transportando mercancías y personas, que la mayor parte de los suministros llegan a las tiendas y a los supermercados, y que todo ello sucede con suficiente regularidad, señal de que su ciudad, su país, aún no se hallan en crisis.

La crisis, la verdadera crisis, cuando estalle, a mediados del 2010, será tremenda, paralizante, una auténtica caída a plomo; será deflación, depresión, nada comparable a pasadas recesiones que usted haya vivido. Será algo semejante al sentimiento que se refleja en los rostros que muestran las imágenes tomadas durante la Gran Depresión; unos rostros que, si nos hablasen, aunque lo hiciesen con las palabras de los años treinta, en realidad estarían hablándonos con los de mañana. Los de esas gentes son los rostros de una crisis profunda, sistémica, como la que en estos momentos ya está llamando a nuestras puertas.

Una situación a la que futuros libros de historia se referirán con un solo apelativo: el crash del 2010.”

Evidentemente, el poder, los que ostentan y representan el poder (el económico, el político, el financiero, el institucional…) nada quieren saber de los planteamientos de Becerra.

De hecho, tienden a tratarlo de alarmista, de agorero, de pesimista o de apocalíptico.

No quieren ni siquiera plantearse el escenario que dibuja Santiago en su libro.

No quieren planteárselo o no tienen el valor de considerarlo y comunicarlo, protegiendo así sus mezquinos intereses, aun a sabiendas de que si ese escenario finalmente se da, su silencio contribuirá a agravar una situación ya de por sí bastante dramática.

Bueno, pues el diálogo queda abierto:

¿Es el planteamiento de Becerra una predicción apocalíptica o no es más que la obviedad de un colapso sistémico?

Se admiten opiniones.

Para completar lo expuesto en el Post:

El crash del 2010 de Santiago Niño Becerra.

Viviremos de acuerdo con las necesidades, no con los deseos.

Os incrusto, también, un vídeo de los que corren por la red, en sintonía con los planteamientos de Niño Becerra.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Creer es crear


Hace algún tiempo, en un post titulado Storytelling y crisis del capitalismo, presentaba este video de un anuncio, con la siguiente entradilla:

Apelación a “la verdad de ser frente a la mentira de tener”, para incitar a la compra de caramelos.

Ese video había sido realizado por Santiago Pando.

Ahora, un tiempo después, descubro un nuevo video de ese autor, en el que nos cuenta su viaje de transformación.

Él mismo comenta:

“SANTIAGO PANDO ERA UN EXITOSO CREATIVO PUBLICITARIO EN MÉXICO CUANDO LA VIDA LO VOLTEÓ DE CABEZA EN EL ÁRBOL DE LA SABIDURÍA MILENARIA…”

Al parecer, Santiago ha decidido dejar de poner su talento al servicio de marcas, empresas y partidos políticos, y emplearlo en contarnos su proceso de desarrollo transformacional.

En la siguiente entrevista puedes ver las ideas fuerza de su planteamiento:

El resultado completo de su propuesta puedes verlo en: http://www.creerescrear.com/

Se admiten comentarios...

lunes, 18 de mayo de 2009

Para salir de la crisis, permanecer en ella

Dedico este post a sentipensar acerca de la propuesta que se realiza desde la wokaeuskadi09.

La cosa va de aportar puntos de vista al respecto de la siguiente pregunta:

Queremos salir cuanto antes de esta crisis, y hacerlo con mejor preparación para superar los cambios que vivimos. ¿Qué medidas concretas propones para encarar esta transformación?

A mi esa afirmación/pregunta me produce desazón.

El querer salir cuanto antes de la crisis es la mejor manera de permanecer dramáticamente en ella.

Cuando entramos en un quiebre, la inquietud que éste nos produce nos impele a huir, a evadirnos de lo que nos provoca insatisfacción, a poner en marcha mecanismos evitativos del dolor que sentimos.

Justo esa huida, esa necesidad imperiosa de cambiar de estado, es la que nos ata a la imposibilidad de superar, en lo profundo, lo que estamos vivenciando.

Si, como cada vez más gente se atreve a decir, esta crisis económica es una crisis de conciencia, una crisis de valores, de colapso del sistema imperante; la mejor forma de no salir de ella es, improvisar, cuanto antes, parche-medidas concretas (como hacen, por cierto, la mayoría de los poderes políticos, financieros y económicos).

Es dramático asistir al lamentable espectáculo de ver cómo los magnates del sistema, en cualquiera de sus acepciones de poder, antes que enfrentar con valentía, profundidad y rigor, la sanación del determinante e interdependiente mal que nos aqueja, se dedican a insuflar confianza (sic) para la pronta recuperación de un enfermo, en fase terminal, conectado a un respirador artificial.

Eso que nos proponen son migajas de pan para hoy y monumentales, generalizadas e insufribles cantidades de hambre para mañana.

Por tanto, mi primera y fundamental medida concreta, ante la crisis, es no pretender, de cualquier manera, salir cuanto antes de ella.

Hay que permanecer.

Hay que transitar.

Hay que enfrentar el dolor que ese tránsito nos produce.

Para aprender.

Para poder, en ese tránsito, dejar que los orígenes del mal se manifiesten y poder así abordar, desde lo esencial, las causas basales de lo que está sucediendo.

Hay que transformar el dolor del tránsito en dolor fértil, para evitar el sufrimiento.

Como tantas veces nos enseña la sabiduría sistémica, hay que abordar, con valentía y determinación, el contraintuitivo principio de permanecer en la crisis, para salir de ella.

martes, 12 de mayo de 2009

Tu mala suerte es culpa tuya, porque el sistema es perfecto


Ayer, Lluís Amiguet, en la contra de “La Vanguardia”, entrevistó a Michela Marzano: investigadora de la pornografía, el management y el coaching en el CNRS.

Algunas de las ideas basales que subyacen en las reflexiones de Marzano, me resuenan muy cercanas a los argumentos que he planteado en cuatro post anteriores: Entre esos tipos y yo hay algo personal, Management, Recursos Humanos y Nuevo Espíritu del Capitalismo, Storytelling y crisis del capitalismo y Respuestas a la crisis del capitalismo .

Os dejo con la entrevista…

Tengo 39 años. Investigo en el Centre National de la Recherche Scientifique. Soy creyente no practicante. La pornografía y la autoayuda coinciden en servirse de la ilusión de libertad individual para perpetuar la explotación de unas personas por otras. Colaboro con el CCCB

La autoayuda predica que la mala suerte no existe; algo que adivinaron los rebeldes, desde Espartaco hasta los alternativos en la era digital. Para el rebelde, el destino sólo era el resultado de un sistema injusto. Si te resignabas a tu suerte, aceptabas esas reglas que te explotaban y los que mandaban seguían disfrutando de su buena suerte tramposa. Ahora la autoayuda cuestiona la coartada de la suerte, pero cargando la responsabilidad no sobre la injusticia del sistema sino sobre cada individuo y vendiéndole libros de paso. Marzano deconstruye e iguala el lenguaje de la pornografía y la autoayuda: "Ambos se basan en fomentar la ilusión de libertad individual para enmascarar la explotación colectiva".

Vivimos el mejor momento para desenmascarar la impostura de los libros de management personal, autoayuda, coaching...

¿Por qué ahora?

Las crisis ponen en evidencia que si quieres no siempre puedes, porque, por mucho que quieras, no lograrás nada si antes no desvelamos que las reglas del juego de la economía son tramposas, producen desigualdad y nos penalizan a la mayoría.

No veo nada malo en autoayudarte.

Es perverso hacerte creer que todo lo que te sale mal es culpa tuya y debes mejorarlo y que, en cambio, las reglas del juego establecido por una minoría en su provecho no necesitan ninguna mejora.

Algunos de esos libros son divertidos.

Pero la ideología que los alimenta no: lleva a pensar, por ejemplo, que si hoy estás en el paro, es porque no deseaste el éxito lo suficiente ni te esforzaste. No sólo eres un perdedor y un fracasado sino que encima es culpa tuya y eso exculpa, de paso, a todos los demás responsables de tu paro.

Antes había perdedores simpáticos.

Hoy esa superchería del autocrecimiento lo impide: si eres un perdedor es porque también eres un vago que no se ha molestado en automejorarse. Antes el sistema era paternalista: había un amo del que emanaban en cada momento todas las órdenes que todos cumplían y si las cosas iban mal, también se preocupaba y ocupaba de los suyos...

Ya no quedan señoritos de esos.

Porque a partir del año 90 el capitalismo, para seguir creciendo, necesita nuevos empleados emprendedores, ya que las tecnologías de la información han dejado anticuada la estructura patriarcal. Ahora cada empleado debe ser capaz de tomar sus decisiones por la empresa y asumir sus consecuencias.

Gente que sepa mandarse a sí misma.

En la era digital, las empresas para ser productivas deben tener apariencia - sólo es una apariencia-horizontal: los amos y sus capataces ponen objetivos y los empleados los cumplen por los medios que quieran.

La célebre dirección por objetivos.

Es la ilusión de la autonomía personal cuando, en realidad, sus objetivos a menudo o son incumplibles o sólo se pueden cumplir si renuncias a todo lo que no sea trabajar. Los amos te dan toda la libertad para renunciar de la manera que quieras a tu propia libertad. Por lo menos, cuando imponían un horario, tu tiempo libre era tuyo.

Pero el trabajo produce satisfacción.

Esa es la trampa - envuelta en toda esa palabrería de autoayuda-de la felicidad por el trabajo. Sostiene que el trabajo es el único camino de la realización personal hacia la felicidad. De esta forma sólo puedes ser feliz haciendo ricos a los amos. Yya no te queda ser el pobre e inocente desgraciado, de antaño, ahora si no eres feliz, encima eres un indolente culpable de tu desgracia.

Trabajar antaño fue maldición bíblica.

Era el peaje del sustento. En la sociedad patriarcal era el fatigoso pero inevitable modo de mantener a la familia: hoy la economía necesita más implicación personal: exige ejecutivos autoconvencidos que renuncian a la familia y amigos para invertir todas sus horas en la empresa, lo que les convierte - creen los muy alienados-en superhombres y supermujeres felices y admirados.

Eso si la empresa funciona...

Es la otra paradoja: se te hace creer que todo depende sólo de ti, pero, a la hora de la verdad, todo depende de los resultados de tu empresa que a su vez pueden tambalearse, como ahora, por una crisis financiera que comenzó a miles de kilómetros por culpa de quienes sí deciden y ponen las reglas.

Tampoco podíamos crecer siempre.

El crecimiento tiene límites, pero el éxito ilimitado que promete la filosofía de la autoayuda necesita de la ilusión de que eres tú solo quien pone los límites, como si el planeta no los tuviera. Cuando tú puedes permitirte tres coches y dos piscinas, pero el planeta y su atmósfera, no.

A veces, crecer es ser más pequeñito.

Sí, menos mal que hemos "fracasado" en conseguir todos nuestros objetivos y aún podemos salvar lo que queda de la Tierra.

Aquí aún estarían enladrillando playas.

Esa lógica de la autoayuda propicia, en crisis, enormes cantidades de sentimiento de culpa, que a su vez se transforma en depresiones. En Argentina y Francia, el psicoanálisis es una religión y de su sacramento, los antidepresivos, argentinos y franceses son los mayores consumidores del mundo.

¿Por qué?

Precisamente porque son países con egos enormes educados en la fe ilimitada en la propia capacidad de control de uno mismo y de su destino, al que se considera mero resultado de las decisiones tomadas a lo largo de la vida. Las terapias breves, la PNL y otras técnicas alimentan esa ficción de control ilimitado, que no es más que la ilusión infantil de omnipotencia.

Y resulta que la suerte también existe.

Llámele suerte, destino, imponderables, lo que quiera, pero se trata de la madura aceptación de que una parte de lo que nos sucede - por ejemplo, esta crisis financiera-no depende exclusivamente de nosotros.

Pero sí nuestra actitud ante ella.

Veo que ha leído mucha autoayuda.

He entrevistado a un montón de gurús.

Léalos, pero a veces es mejor fracasar. Fracase, hombre: no sé si será más feliz, pero seguro que vive más tranquilo.


Os adjunto un video en el que Marzano presenta su libro: “Extension du domaine de la manipulation”

miércoles, 6 de mayo de 2009

El Pensamiento Probabilístico

 

“No describimos el mundo que vemos, vemos el mundo que podemos describir.”

René Descartes

 

Utilizamos el pensamiento probabilístico cuando emitimos juicios o tomamos decisiones en entornos caracterizados por la incertidumbre. Este tipo de pensamiento nos permite prever y predecir hechos o comportamientos nuevos, basándonos en hechos o comportamientos conocidos. El probabilístico es un tipo de pensamiento que se caracteriza, fundamentalmente, por su carga de inferencia. Es decir, por su carácter predictivo: prevemos lo que podría pasar, basándonos en lo que sabemos que ha pasado. Es un tipo de pensamiento que utilizamos de forma habitual (aunque no siempre somos conscientes de ello) en la mayoría de decisiones que tomamos o de acciones que emprendemos, tanto en el plano personal como en el profesional.

En definitiva, recurrimos a esta tipología de pensamiento, ante cualquier diagnóstico que realicemos, juicio que emitamos, o decisión que adoptemos, basándonos en datos y en hechos, a partir de los cuales inferimos y predecimos una probabilidad. Desde coger (o no) el paraguas por la mañana, al salir de casa, hasta realizar (o no) una inversión en función de su rentabilidad social.

Las ideas fuerza, las características basales y los criterios, los inconvenientes y las dificultades fundamentales que determinan el pensamiento probabilístico, son los que a continuación se describen:

· Sus conclusiones son sólo probable o posiblemente ciertas y no total e inequívocamente ciertas. No obstante, en muchas ocasiones, una vez que hemos realizado el juicio probabilístico, nos olvidamos de su sentido predictivo, y actuamos como si éste constituyera un principio inmutable de verdad.

· Suele ir acompañado del sesgo de la confirmación. Es decir, ante una hipótesis (muchas veces percibida de forma inconsciente y no planteada formalmente), antes que recopilar información que la ponga en duda, o que la haga derivar hacia otra complementaria o alternativa; tendemos a centrarnos (casi siempre de forma sutil, inconsciente y autojustificable) en la búsqueda de aquella información que permita su confirmación. Además, tendemos a negar, o a impedir (también de forma sutil, inconsciente y autojustificable) la generación, el análisis y el procesamiento de la información que pudiera poner en duda o rechazar esa hipótesis inicialmente planteada.

· Dado que, en la mayoría de las decisiones que debemos tomar utilizando este tipo de pensamiento, carecemos de la totalidad de la información relevante sobre cada una de las alternativas posibles, solemos distorsionar nuestras conclusiones con creencias, opiniones y prejuicios personales.

· En demasiadas ocasiones, antes que actuar de forma objetiva, basándose en los principios matemáticos de la estadística o la combinatoria, nuestro pensamiento probabilístico utiliza “pseudo reglas” parciales y subjetivas para emitir juicios.

· Este tipo de pensamiento frecuentemente dibuja escenarios falsos, construidos sobre la base de percepciones incompletas, fantasías cognitivas o afectivas, o limitaciones de nuestro cerebro en el procesamiento y la recuperación de la información.

· Nuestro pensamiento probabilístico es, pues, una víctima propiciatoria y paradigmática del secuestro escenarial. Los prejuicios y fantasías mediante los cuales montamos un escenario falso (del que, evidentemente, solemos inferir conclusiones falsas), son los llamados “Heurísticos” (pseudo reglas subjetivas mediante las cuales generamos escenarios y procesos cognitivos para decidir en entornos de incertidumbre probabilística). Se han descrito, como más significativos y documentados, tres heurísticos principales, los cuales, aunque por cuestiones pedagógicas los describiremos separadamente, suelen actuar juntos, de forma superpuesta y con mecanismos de sinergia (o contrasinergia) y retroalimentación mutua:

· Heurístico de representatividad: se da cuando asignamos una probabilidad en función del grado de correspondencia entre un concepto y el prototipo de su categoría. Por ejemplo, si usted tiene que estimar, de entre varios ordenadores nuevos, de similares características pero de diferentes marcas, el que tiene menos probabilidades de sufrir una avería durante su primer año de funcionamiento; y entre esas marcas figura su prototipo de “ordenador robusto y sin fallos”, usted tenderá a considerar que es justamente ése (su prototipo) el que tiene menos probabilidades de fallar. En su juicio, seguramente, tenderá a obviar otros datos relevantes, como por ejemplo, que la mayoría de los componentes de las diferentes opciones son iguales, que la fábrica que los monta es la misma, o que existen personas que, contrariamente a su experiencia, sí tuvieron problemas con un ordenador de la marca que usted considera prototipo de seguridad y robustez.

· Heurístico de accesibilidad: se da cuando asignamos la probabilidad de un suceso en función de la facilidad o dificultad para recordar la información asociada al mismo (no siempre lo más accesible en nuestra memoria es lo más probable). Imagínese que le enseñan dos listas, ambas con veinte nombres. Una, en la que aparecen muchos artistas famosos, que usted conoce perfectamente, y otra, en la que no reconoce prácticamente a ninguna de las personas que en ella figuran. Si, después de un tiempo, le hacen estimar la probabilidad de que en la primera lista haya más nombres que en la segunda, usted, seguramente, respondería que esa probabilidad es muy alta (hay estudios que confirman que es así como actuamos la mayoría de las personas). En realidad, el error de su apreciación vendría condicionado por las limitaciones de sus mecanismos de procesamiento cognitivo: al recuperar la información archivada en su memoria, usted, dado que la mayoría de las personas de la primera lista le eran familiares, recordaría muchos más nombres de esa lista que de la segunda, lo cual le induciría a pensar (de forma lógica según su mecanismo de recuperación de información, pero errónea según la realidad objetiva) que, muy probablemente, la primera de las listas contenía más nombres que la segunda.

· Heurístico de anclaje y ajuste: se da cuando emitimos un juicio probabilístico basándonos en algún valor inicial, que nos sirve como referencia (frecuentemente distorsionada) para estimar, por extensión y ajuste, la probabilidad final. En investigaciones realizadas con dos grupos experimentales, se les asignó, a cada uno de ellos, la tarea de realizar una multiplicación de ocho números, en cinco segundos. Al primero de los grupos se les presento la siguiente secuencia: 8 x 7 x 6 x 5 x 4 x 3 x 2 x 1, mientras que, para el segundo de ellos, la serie fue la siguiente: 1 x 2 x 3 x 4 x 5 x 6 x 7 x 8. Dado que el tiempo de respuesta era muy corto, los sujetos sólo pudieron realizar las operaciones iniciales, y, a partir de ellas, extrapolando los datos, estimar el resultado. Como las primeras operaciones representaban resultados mayores para el primer grupo, sus estimaciones (de acuerdo con el heurístico de anclaje y ajuste) también fueron muy superiores a las estimaciones del segundo grupo (con operaciones iniciales mucho menores). La media de los resultados fue de: 2.250 frente a 512. El cómputo real de la serie era de 40.320 (lo cual nos indica que, aun y a pesar de que en el primer grupo el resultado estimado fue claramente superior al del segundo, ambos grupos estimaron una respuesta muy significativamente inferior a la del resultado real).

· Por otra parte, el pensamiento probabilístico está severamente influenciado por nuestro mecanismo de construcción de modelos mentales. Los modelos mentales son representaciones psicológicas de situaciones reales, imaginarias o hipotéticas, a partir de las cuales construimos escenarios que nos sirven de marco de referencia, y que nos posibilitan, mediante posteriores mecanismos cognitivos, el planteamiento y la resolución de problemas, y la toma de decisiones. Sin embargo, esos escenarios de referencia, construidos a partir de la generación de modelos mentales, no están libres de posibles secuestros escenariales. De hecho, en los procedimientos de resolución de cuestiones probabilísticas mediante la elaboración de modelos mentales, se han identificado, catalogado y descrito, diferentes heurísticos de referencia. De esos heurísticos, los dos que más secuestros escenariales producen, son los que a continuación se describen:

· Heurístico basado en el principio de verdad: Nuestros modelos mentales, por un principio de economía, tienden a representar, de los datos o de los enunciados de los problemas de corte probabilístico, solamente aquello que es verdadero. Es decir, en nuestras representaciones mentales, no incluimos lo que consideramos que es falso. Por ejemplo, si nos dicen que en una caja hay dos bolas rojas, una verde, una azul, una blanca y ninguna amarilla; tenderíamos a no incluir el dato referente a la bola amarilla en el modelo mental que construiríamos para representar la situación descrita. Sin embargo, hay situaciones probabilísticas que, para resolverlas, necesitamos operar, imprescindiblemente, sobre información, de entrada, no explícitamente verdadera. En ese tipo de situaciones, nuestras representaciones mentales nos secuestran y nos generan enormes dificultades para resolver.

· Heurístico basado en el principio de equiprobabilidad: En caso de no existir una información clara y explícita en otro sentido, y en ocasiones aun y existiendo esa información, nuestros modelos mentales tienden a asignar la misma probabilidad a las distintas opciones que se nos plantean. Por ejemplo, si tenemos información de que una determinada máquina fabrica sólo dos tipos de piezas, y nos sugieren que valoremos la probabilidad de que, en un momento determinado, esté fabricando la pieza del tipo “A”, tenderemos a pensar que esa probabilidad es del 50%. Esto puede no ser en absoluto así: supongamos que es jueves, y que la pieza “A” sólo se fabrica uno de cada tres jueves. Nuestra tendencia inconsciente nos lleva a asignar, por defecto, las probabilidades de las diferentes opciones, de forma equiprobable. Además, eso tendemos a hacerlo, en ocasiones, ignorando la posibilidad de buscar nueva información, e incluso obviando información que descarta la equiprobabilidad.

Os propongo un caso de pensamiento probabilístico para que podáis vivenciar, en la práctica, lo enunciado en los párrafos anteriores:

El Caso Inversia

“Cuando todo lo demás falle, lea atentamente el enunciado.” Ley de Murphy con aromas de Zen.

Acerca del Caso:

Inversia es un caso prototípico de la generación de heurísticos y de la emergencia de escenarios probabilísticos basados en la economía representacional de nuestros procesos cognitivos. Por tanto, es un caso, cuya resolución correcta, está sustancial e indefectiblemente condicionada por el procesamiento de su enunciado y por el establecimiento del modelo mental pertinente.

Te recomendamos pues, que prestes mucha atención a tus procesos de metapensamiento, y que te muestres especialmente vigilante con tus secuestros inducidos e inconscientes.

También te sugerimos que dirijas una especial atención a las reflexiones implícitas en la ley de Murphy con aromas de Zen que acompaña a este reto.

La mayoría de las personas que afrontan, sin ayuda, la resolución de este caso, suelen tener significativas dificultades para solucionarlo (mejor no damos porcentaje alguno, para no desanimar).           

El Caso:

Inversia S.A. es una sociedad que gestiona capitales para su inversión en bolsa. Usted es el Gerente de dicha sociedad.

En estos momentos, su organización está centrada en el estudio de la repercusión que pudiera tener en las acciones de dos grandes empresas de telecomunicaciones (Hipertel y Telemix), la adjudicación a alguna de ellas, de una nueva licencia de telefonía móvil de última generación.

Al concurso antes referido solamente se han presentado las dos empresas relacionadas. Según las bases del mismo, la licencia, si se adjudica, será otorgada, en exclusiva y sin posibilidad de pactos posteriores, a una única sociedad.

Las que a continuación se detallan, son algunas de las conclusiones principales alcanzadas en el estudio realizado por su organización:

1. La empresa que logre la nueva licencia de telefonía móvil, obtendrá, en los tres días posteriores al fallo del concurso, una revalorización de sus acciones del veinte por ciento.

2. La empresa mejor situada, de las dos únicas que se presentan, es Hipertel. Se calcula que la probabilidad de que sea ésta la empresa finalmente ganadora, es del ochenta por ciento.

Las conclusiones antes mencionadas, junto al grueso del estudio y a las recomendaciones pertinentes, han sido remitidas a cada uno de los clientes de su sociedad.

En el día de hoy, con relación al caso de la licencia de telefonía móvil y al respecto del estudio remitido por su organización, uno de sus mejores clientes les ha hecho llegar el siguiente correo electrónico:

Apreciados señores:

Les agradecemos la remisión del interesante estudio realizado por ustedes sobre la adjudicación de la nueva licencia de telefonía móvil.

Lo hemos leído con atención y nos parece excelente, tanto en su planteamiento como en la rigurosidad de sus previsiones.

Dado que tenemos invertidos un millón de Euros en cada una de las dos únicas sociedades que participan en el concurso, dado que la probabilidad mayoritaria de adjudicación la tiene Hipertel, y dado que la segunda de las empresas concursantes (Telemix), sólo posee un veinte por ciento de la probabilidad asignada a la primera:

¿Podrían ustedes decirnos, basándose en sus previsiones, qué porcentaje de probabilidad tenemos nosotros de que el dinero que hemos invertido en una de las dos empresas antes mencionadas, se revalorice, en los tres días posteriores al fallo del concurso, como mínimo, doscientos mil Euros?

Agradecidos por su profesionalidad y por sus deferencias, reciban un afectuoso saludo.

José María Santos Noé -Presidente de Inversores Eclesiásticos Reunidos S.L.-

P.D. Que Dios guíe su recta mano en la elaboración de la previsión solicitada.

Su tarea consiste pues, en dar respuesta a la pregunta que tan especial y específicamente le ha formulado su cliente (uno de sus mejores clientes).

¿Te atreves a enviar un comentario con la respuesta correcta y una descripción de tu razonamiento?

Como de costumbre, te dejo un video que hace referencia a lo descrito en el post.

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